He olvidado quien soy
hasta tal punto
que solo el odio me guía.
Esta feroz rutina
es un camino seguro
hacia la locura.
La sangre de mis ancestros,
guerreros imparables,
corren como veneno
por mis adoloridas venas.
Maldita locura es esta guerra,
odio entre hermanos y amigos,
muertos en vida entre cadenas
y negociaciones políticas.
Esta es la guerra de los olvidados,
de los pobres contra los pobres,
de los ricos haciéndose más ricos.
No creo en la justicia
y mucho menos en la mía.
Oscuras miradas esquivas,
veo y siento el miedo,
bulla y gritos entre estallidos,
calma en las cenizas.
No pertenezco a esta guerra
ni a ninguna,
pero el abismo entre el bien y el mal
me han abandonado para siempre
en este país de almas perdidas.
Unos mueren por soberbia,
otros por hombría,
este es un campo
en el que la muerte
es la amiga de la que nadie se fía.
Cuando llegara mi hora?
Será este mi día?