Francisca cz

Adiós y hasta siempre

 

Más que tu voz me pesa tu silencio,

Ese cansado, desanimado silencio,

Ese que me calla verdades, que me cuesta días,

Que más doloroso que un funebre silencio,

Uno de adiós, de despedida,

Uno de lastimero arrastre y lento desgarre,

Uno tuyo sin razón, sin final ni conclusiones,

Sólo un macabro espacio de tiempo en que palabras no danzan, 

en que el corazón no late,

en que mi escencia se diluye en ser no más que llaga etérea,

Y en ese momento me doy cuenta,

que tú y yo somos sólo dos sujetos atados y vendados,

en esto a lo que llaman vida.

 

Agradezco las pausas, los silencios,

los adiós, los llantos,

las miradas frías, las palabras de cemento perfilado,

agradesco de tí tu todo inmaduro, irreal y malvado.

Agradesco que me sirvas de ejemplo,

Como primer error, primer dolor,

Y desde hoy, primer olvido.