Tu mirada buena
a nadie daña,
con la barrida plena
de tus pestañas.
Tus labios de fresa
con su dulzura,
barren cuando besas
mis amarguras.
Tu voz serena
cuando me llamas,
barren las penas
que hay en mi alma.
Son tus barridas
tan evidentes,
que dan a mi vida
un nuevo ambiente.
Sigue barriendo
de tanto en tanto,
dejándome el sello
de tus encantos.
Barre mujer, barre
con tu sentimiento,
que yo haré que cuadre,
también mi verso.
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