Podría decir: “he perdido todo”...
en verdad, no he tenido nada
más valdrá remover escombro
y aguantar la caída obligada.
¡Mi alma está seca de llorar!
nada le inyectará paz.
Soy ingenua y complicada,
merezco lo que me pasa,
una gacela, una cebra
un delfín sin cabeza.
¡Mi alma está seca de llorar!
nada la logrará regar.
La perfidia me acosa
aunque me mude de ropa
inmunda maldad destila
incrustándose en mis costillas.
¡Mi alma está seca de llorar!
nada la podrá rociar.
Perdida en precipicios
cuido todos los descuidos,
nada hay que oriente,
nada más que aliente.
Mi alma está seca de llorar,
sólo Dios la irrigará...