Tomo el lápiz y su madera se marcha,
Se convierte en huellas sobre esta piel,
Piel de un árbol desalojado,
Cambiaron su bosque por el color blanco.
Ese color poco a poco yo lo cambio,
Colocando palabras desalojadas,
Convertidas en las huellas sobre esta piel,
Al final el lápiz es quien me toma,
Y mis carnes las que se marchan.
Volveré mañana hacer lo mismo,
Y así cada vez que a escribir regrese,
Poco a poco me iré marchando.
LRL
2-11-2012