Caminos de Esperanza
Aún recuerdo como si fuera ahora
cuando cautiva de mi inconciencia bullidora
y de toda mi vida de infelíz infancia,
en la que con mi llanto risueño, mi luz y mi fragancia
y con todo el silencio
que tras la algarabía de mi adolescencia
en el laberito del mundo
extravié mi clara inocencia.
Recuerdo cuando con la plena avidez del fuego
que mis sueños inquietó con actitud devoradora,
cuando esa juventud que se acerca en el medio del camino,
y desde allí desciende para enfrentarse a su destino.
Yo siempre viviré presa de mis recuerdos
ya sin tantas locuras, solo triste y melancólica,
ya con el cuerpo frío y con mi alma inerte
solamente con una sonrisa mustia y con la ternura
y después de luchar con esta vida dura
llegará por fín mi muerte.