Allí...
en el polvo del camino.
En el polvo
borrándolos el viento
sin querer,
perduran las huellas
de mis pasos
de ansiedad y de ternura
Allí...
sin querer morir;
allí, aferrándose a la vida
- que en su busca fueron -
aún hoy, a punto de perderse
arrastrándose en tu busca van.
Y aunque ciegos, ¡te ven!
te presienten y te aman
pues son parte de mí.
Y aunque están allí dispersos,
inermes al frío y al calor,
valientes, austeros y perennes
esperan de ti, el amor.
Una tarde después de tantas,
recordando tus besos de abril
y la tersura de tus manos blancas
a buscar tu compañia fuí.
Fuí, aunque presentía
girar vaga en torno mío
la voluntad de Dios:
"Mejor que muera uno
a que muera los dos"
La tarde se marchitaba
con algo mío,
indiferente a las nubes,
al cielo y al sembrío,
menos al camino.
¡Ah! el camino,
tantas veces devorado
por verte sonreír,
por verte y sentir
tu aliento de perfumes...
y tus labios...
tus labios
que aún no puede definir...
Lindos, bellísimos
¡no sé cómo decir!
fueron los besos
que de ellos recibí.
..."Fueron"
- La nube se aleja,
no sé si por el viento,
tal vez por ser alada
y mis labios semiabiertos
van muriendo de sed...-
Pero aquella tarde
hacía calor y no corría
el viento.
Alguien sembraba cardos,
airampos y nopales sin frutos.
Y tú estabas allí...
en la casita de plata
donde un enero fresco,
matutino y cálido
llenos de amor y ternura
nos dimos el primer beso,
Néctar de sabor desconocido,
mezcla de temblor y delirante hechizo.
¡Fue el primero de todos los besos!
¡Él nos abrió las puertas del amor!
...Saliste del templo
- es templo tu casa desde aquel beso -
y enrumbaste por el camino...
El camino alegre tembló
al verme salir tras mi destino.
Lejano bramó el mar,
un periódico del día
entretenían mis manos;
mis pasos vacilantes
pisaron un flor de capulí.
...Con la voz, con la mirada,
musité en tono suave
todo aquello que anhelante
en ese instante te pedí.
Mas fue en vano, lo negaste;
y yo tranquilo, sereno,
no me interesó perderte.
Medité en el pasado,¿me amaste?
Miré tu rostro...tus senos,
y cuando te alejabas
sola, despacio, mirando
el suelo sin llegar a verlo ,
desde el fondo de mi alma,
del corazón y mi sangre,
brotó tu nombre...tu nombre,
tres veces tu nombre.
"Gloria...- y no volteaste...
con pausa caminabas -... Adiós"
Di la vuelta herido,
el camino lloraba
y yo parecía tranquilo.
Dejando atrás el campo,
tu silencio y el camino,
me senté en una piedra
a recordar lo vivido...
Mis pasos se quedaron,
ellos, ellos no me siguieron
¡se quedaron en el camino!
Uno a uno desfilaron,
azulados, amarillos,
la esperanza, la tristeza,
la ansieddad, el dolor,
la alegría y tu cariño...
Triste, canté canciones tristes,
el polvo de la tierra ávido de sed
ahogó mis lágrimas.
La pampa y el viento
ahogaron mis canciones...
Y la tarde,
y Dios que también lloraba
y tú, amada sagrada,
me ahogaron en dulce sueño.
...¡¡¡Gloria!!!
En el polvo del camino,
como fantasmas perdidos,
aún te esperan los pasos
de tu primer cariño.