Si después de escribir y escribir,
de plasmar poemas, historias y fantasías,
de descarar todo mi amor y ternura,
y de vaciar mi pensar en ti, mi bella Venus;
se subvierte la memoria y se densa la razón
en ineluctables versos de secreta poesía…
sigo siendo el mismo tímido cobarde.
Si por ningún motivo me diese a entender,
si ocultara el romanticismo ante tus ojos,
sin darte cuenta irías deshabitando mi vida
al no reconocer en mí al poeta enamorado,
que condensa magia en su molusco corazón,
contraído en el recital de latidos anónimos,
palpitando por ti, sin podértelo confesar.
Entonces…
seguiría siendo el mismo Cyrano.
e.g.