Qué tristeza tan grande derraman tus lágrimas
que el milagro de la esperanza de una nueva vida
contrae de angustia tu pelvis en un temblor desesperante
por aquel ser diminuto que clama por vida
y no logra detener el río púrpura que derrama tu vientre
Fueron sueños de años esperando un retoño
la ilusión del llanto que llenaría de vida aquel hogar
de ese corazoncito que daría ritmo frenético
a dos vidas con el mismo anhelo
un hijo que sería el símbolo del amor de ambos
Los días pasaban desde el primer día de la promesa conyugal
llegaron los años frustrantes con el hogar en silencio
sin el eco de voces cantarinas de niños gritando en juegos
y aquel sueño del bebé se fue diluyendo dando paso a la rutina
con el amor agonizante entre ambos por la desilusión
y la ausencia de aquellos herederos del amor
Hasta que un día inesperado como un verdadero acontecimiento
los primeros síntomas enmascarados con molestias aparentes
rebelaron la presencia de células en germinación en su vientre
la alegría fue una explosión de fiesta diaria y continua de los dos
esperando ansiosos el paso del tiempo hasta el milagro de vida
La alegría fue de apenas unas pocas semanas
y transformó el día iluminado en una noche tenebrosa
al sentir el corazón de la madre latiendo apresuradamente y el miedo presente
el río de sangre, vacíó completamente el nido de aquel niño esperado
sin chance de lograr un vagido ni un llanto de aquella criatura
Ahora nuevamente el hastío, la rutina, sin ninguna motivación
desmorona a esas dos almas que soñaron con un hogar y familia
con la esperanza y la fe borrados del corazón de ambos
y cada uno parte a su propio destino separados por un sueño roto
De: Victor Hugo
Para los que soñaron
con un hijo.....