Desvístete despacio, que no hay prisa...
Déjame lentamente adivinarte,
permíteme absorber cada perfume,
y explorar en tu piel cada detalle.
Me tiembla el corazón, y en las arterias
rompe hervor cada gota de mi sangre,
al abrirse la Flor de tu belleza,
derramando su aroma en cada estambre.
Quiero escalar las cimas de tus montes,
alcanzar los confines de tus valles;
conquistar una a una tus almenas,
y plantar en tu torre mi estandarte.
Desplegar tu bandera en mi navío,
abriendo estelas en tus siete mares;
y en la luz de tus ojos infinitos,
morir de adoración al contemplarte.
Desvístete despacio, que no hay prisa...
¡Tengo toda la noche para amarte!!!