Entre el amor y la razón.
(Llamo razón al pensamiento consciente)
Yo tuve mi primavera,
disfruté viajes y andanzas,
y nunca burlé esperanzas
de quienes en mí creyeron.
Tuve mi amor infinito
ese que nunca se olvida,
y por haber confesado
una aventura furtiva,
perdí el amor y la vida,
perdí la razón en un día.
Pero nadie me obligó,
lo dije porque que sentía,
que un secreto era un engaño,
ser sincero me costó,
perdí el amor de mi vida.
Hoy, han pasado los años,
y casado mas de 20
con dos hijas veinteañeras
y otros tres que he levantado.
Yo podría resumir
después del camino andado
que el amor en la pareja
comienza con la razón
porque lo de el corazón,
el tiempo de convivencias
le va encendiendo el tizón
y lima las asperezas.
La razón siempre vence,
y cuando hay voluntad
el corazón se hace día a día con los años.