Jesús Lantigua

CUANDO MUERA

Dirán que he muerto

 

cuando mis músculos se hayan detenido

 

y una rigidez de hielo someta mi cuerpo todo.

 

Alguien sostendrá una flor en sus manos

 

y puede que con llantos

 

se apaguen los destellos de la última sonrisa.

 

Desde mi alma percibiré, con nostalgia,

 

el mundo que me anuncia sus póstumas sirenas

 

y las olas bramando sobre alguna playa.

 

Alcanzaré de nuevo la gloria del artífice,

 

sin religiones, ni salmos foráneos;

 

al Dios verdadero que nos ha creado.

 

En un torbellino de espirales

 

dormiré un sueño largo,

 

a la espera de mi nueva vida.