"Bendita mi madurez si la adorna tu juventud/ y mi alma que por ti clama./ Benditos mis sueños si en ellos estás tú./ Bendito mi corazón que te ama".
La verdad es que ya no lo sé describir,
sólo sé que está en mí, que sí existe,
que me siento vivo al poderlo sentir
y que de eso me nutro, me alimento,
que me hace escribir si estoy contento
y me obliga a escribir si estoy triste.
Sé que está con tu nombre grabado,
clavado con sus letras en todo mi ser,
que te mantiene siempre a mi lado,
incluso hasta sin tú siquiera saberlo;
es como algo invisible y puedo verlo,
como algo intangible que puedo tener.
No sé describirlo pero existe por ti,
porque sólo tú mi vida, lo inspiras.
Es algo que vive, existe porque sí,
porque tú existes en mis realidades,
en todas mis más hermosas verdades
y ajena por completo a las mentiras.
Yo no sabría ahora qué forma darle,
pero su forma tampoco me interesa,
me conformo con lograr imaginarle
allí con su esencia que me envicia,
que cuando te recuerdo me acaricia
y cuando te menciono... me besa.
Está dentro de mí y por ti palpita,
está dentro de mí y por ti ¡explota!
La suerte de sentir nadie me la quita,
en medio de mis tormentas sobrevivo,
se hace presente en lo que escribo
y en el brillo de mis ojos se me nota.
Se llama “amor por ti”, eso sí que lo sé
y vibra de pasión si mi voz te nombra,
es como un tesoro que adentro encontré,
que valía mucho y ahora vale más aún
y aunque de tanto sentir se hizo común,
sentirlo en mi alma siempre me asombra.
Es indescriptible, pero está, existe... ¡es!
Causa de mi risa, de mi paz, de mi llanto,
esto tendrá hasta algún color tal vez...
y será Dios el gran causante de esa suerte,
a Él habrá que darle gracias por conocerte
y por darme el privilegio de amarte tanto.