Destello de una luna equivocada
donde reposan ancladas las estrellas
las que sellan el misterio de la noche
que sin reproche va guardando mis silencios
por un despojo de amor ya despojado
que pasó a mi lado como barca sin destino,
igual al desatino de miradas lujuriosas
que clamorosas sentenciaron el final
de un recorrido que dejó dos almas rotas.
¡Que muestre el cielo donde guarda los sentidos!
¡Que los latidos por amor no sean en vano!
Si no es profano robarle el corazón a un cuerpo
y devolverlo después de haber embriagado el mío,
yo desafío a esta luna que me mira
a que me diga frente a frente y sin tapujos
por que la indujo a seguir por el camino
a donde reposan ancladas las estrellas,
y como aquellas, alumbrarme misteriosa cada noche.