Por la noche, abro la puerta del desván,
éste, se encuentra lleno de recuerdos,
al hacerlo, despierto lo escondido,
quiero desnudar mi ayer, en tu presencia.
Ángeles y demonios, mismo nicho,
desde el día que vengo a esta tierra,
cada momento, se vive y se guarda,
yacen luz y sombra, amor con su dolor.
Cada flor, hermanada con su ortiga,
corresponde al beso, su mordida,
amontonados al flujo del tiempo,
son las nueve virtudes y pasiones.
De la cosmovisión mística sufí,
luchando de continuo, dentro de mi,
con sus lágrimas del fuego y del agua,
salpicadas de arcilla, entre hilos de éter.
Todos los días, ese rosario en mi,
hoy quiero mostrarte algunas de sus cuentas,
cada una valiosa, me pertenece,
las enseño, para que tu veas las tuyas.
En mi, vive lo santo y lo profano,
por no aceptarlo, vivo con disturbios.
¡Qué utopía es separar la unidad!
Decir que sólo la mitad se busca.
La otra parte, también me pertenece,
aberración mental de la dualidad,
la búsqueda, donde nace el arco iris,
el tesoro, cuya veta, parte de la roca.
Bien y mal, enlazados como amantes,
masculino, contiene al femenino,
la matriz del día, guarda a la noche,
ésta, abriga en su seno la mañana.
Y me dicen desde niño ¡Eres malo!
Risa neurótica, guardo el aguijón,
cuando la vida es sol, también la luna,
lágrima diamante, también basalto.
¡En corazón acepta, eres unidad!
El ciego enseña el Yo dividido.
EL POETA DEL AMOR. 04-11-12.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.