Nocturna doncella, mi amiga y confidente,
Dime, ¿Qué se siente acaparar mi mente
con un beso simplemente?
Llegaste a iluminar mis noches
cual lumbrera fueras.
¿Te imaginas? ¿Si en mis días estuvieras?
Ya no sería yo… Sería otra parte de ti,
otra parte de tu cuerpo. Tu cuerpo…
Aún no hablo de tu cuerpo…
Estoy enredado en tu cabello,
tu cabello que junto con el viento
fue cómplice de la más tierna caricia,
que descontroló nuestros sentidos
en aquella tarde inquieta.
Tu cabello que enredó mi mirada,
una mirada que entendió tus pensamientos,
tus pensamientos que se conectaron con los míos.
Y aquí estoy con mi pensar que solo te piensa,
mi sentir que solo te siente.
El ser de un hombre que te empieza a pertenecer…