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No puedo evitar sentir miedo por cada paso en falso.
No quiero, me escapo, huyo de tus brazos.
Me llaman acogedores, tan cariñosos y amantes de mi fragilidad...
Sé que tú no buscas mi mal, pero la vida cambia sin tener en cuenta nuestra voluntad. Sensaciones que nos matan y nos hacen vivir a la vez,
caricias y besos que empiezan a doler.
Me escondo, me vuelvo invisible,
pero entonces tú me buscas y consigues que lo olvide.
Tengo miedo a hacerte daño y no quiero sufrir ya,
Pero creo que puedo quererte y eso me asusta más.
Huyo, corro. regreso, te beso,
pienso que debería evitar ese proceso.
Me sumerjo en mi espacio.
Intento no buscarte, pero apareces en cada escenario,
atándote a mis pensamientos, atándote a mi mente...
es posible que pienses que hoy soy yo quien no se entrega lo suficiente.
A veces empiezo a pensarte, vives en mi subconsciente,
me gustaría que te fueras, que desaparecieras... ‘’¡Mientes!’’,
dices cuando te digo que no te echo de menos, y tienes razón,
me gustaría borrarte y apartarte en ese rincón.
La razón intenta flotar en este mar de dudas,
pese a todo trato de hacerme la dura.
No quiero dejarme llevar, no quiero volverte a besar,
suelo pensar para mí cuando te empiezo a acariciar...
Es una utopía, es una incoherencia,
y quizá sea eso lo que me atrae de esta experiencia.
Cada día te extraño más,
intento que no pase, que no irrumpas en mi realidad.
Te esquivo y vives en mí.
Te necesito y a la vez me alejo de ti.
Mi vida está muy lejos, hoy es inalcanzable.
No intentes ser parte de ella, no intentes amarrarme...