Tus preciosos párpados admiraba
tus pestañas con Morfeo musitaban
y en mi alma destilaba un dulzor
emanando una paz que me embargaba
e inspiraba a encontrarte en ese lugar
tan tuyo y mío en el que nuestros anhelos
y deseos de Aladino son complacidos...
en tus hondos, místicos murmullos
la raíz de tu fulgor iluminaba oscuras cuevas...
mientras admiraba tu fuerza, vulnerable belleza
mis pulsares se bañaban en tu tierna cascada malva,
mis pupilas en tus niñas danzaban al alba
y en su inmensa quietud e ingravidez
en mi frente y celo te impregnabas,
la exquisitez del nido compartido...
impresionante beldad de tus mejillas quietas...
Mientras dormías yo...
yo soñaba que en el mundo
sólo tú y yo existíamos hoy...
Alma gemela, sé siempre seremos
cómplices en ambrosías y quimeras...
Descansa y sueña...
Copyright©2012 Rocío Vega-Ponce