Súcubo
Como en un sueño donde todo nada
en una espesa niebla sin sustento,
cada noche en mi alcoba la presiento
entre las turbias sombras, cobijada.
Soy un muerto que duerme en la almohada
cuando invade mi mente y pensamiento,
se sacia de mi carne con contento
hasta que asoma clara la alborada.
¿Pero quién eres, fémina sin foso?
¿Por qué como una bestia me vulneras
y dejas en mis labios tus cianuros?
¿Cuántos han sido los que sin reposo
has mirado a través de ingentes eras
con esos ojos frígidos y oscuros?