Si pudieran cantar los ríos,
En los valles de tu cuerpo.
Si los sauces dejasen de escuchar,
Mis historias de melancolía,
Podrían cesar sus lágrimas,
Para regalarte risas en vez de llantos.
Si pudieran los cielos,
Crear formas tuyas en las nubes,
Abrirían los ojos del sol oculto,
Por los grises y la bruma,
Dando paso al camino de siete colores,
Que lleva al corazón a dormir en tu pecho.
Si pudiera escaparse el viento,
Y llevarte mi nombre en un susurro,
Empuñado en la mano de la distancia,
Entenderías ¿Por qué las rosas desean
Entregarte mis besos deudores de tus labios?
Cada vez que entregas tu mirada al amanecer.
Autor: Gonzalo Puga