En ese momento cuando mis pies tocaron ese recuerdo en el presente,
ese piso donde yo me derrote.
Ese segundo donde recorrí horas, días, meses y años en mi mente,
ese tiempo cuando yo en vida me entregue a la muerte.
Recordé lo que sentí cuando estuve muerta,
sentí lo que era sentir ausencia y soledad.
Sentí mi cuerpo correr por las calles, caminar por laberintos y perderme en un olvido.
Mi mente viajo por las nubes del pasado y no olvide esas lágrimas que en su tiempo no había derramado.
Y en ese segundo que recorrí mis errores recordé que también aprendí mis lecciones.
Y ahora de nuevo en el presente puedo volver a decir que aun que me arrepiento del dolor,
no me arrepiento de mi presente y mi nuevo amor.