Casi Eduardo

Ave del Viento

Como una puesta de sol

 Se espera nunca acabe,

Pero siempre ha de marcharse

 De mil formas siempre

 

 Entre nubes y oscuridad

Nada advierte su presencia

Pues como nada se asoma

A la luz del corazón

 

En sus vivos ojos no queda

Más que un brillo deseoso

Y en sus alas un susurro

De libertad sin reposo

 

Ave del viento es

Aquella de mil destinos

La que de suburbios se aleja

De los amores clandestinos

 

La he visto pasar

Dentro de mí con prisa

Mas he desistido ya

Al son de una leve risa