Sé que me miras:
-Y me cobijas con tu amor,
estás allí detrás de mí-
Con tus ojos negros observándome,
haciéndome sentir tu amor lejano, pero cercano.
Como el sol y la luna,
amándose de día y de noche,
cuando la luna se oculta, se va con su sol,
cuando las olas se esconden, aman su mar.
Cuando llueve, la tierra ama su lluvia,
cuando te beso, amas mis besos ciertos,
cuando te pienso, somos todo,
más allá del mar, del cielo, de la luna.
Somos más que eso…
Intensos, sublimes, amores en las entrañas.
-Desde el alma, a tu alma y a mi alma-
Siempre la piel deseándose…
¡Siempre los besos llenándose anhelantes!
Dejando aromas…
Flores
lirios
pasión de tálamo.
En atavíos de novia,
de celos,
de peleas.
Somos dos
complementos
como sol y luna.
Tus ojos y mi mirada
tus labios y mis besos,
¡Siempre mío!
¡Siempre tuya!
Alicia Pérez Hernández
(No es la pluma la que escribe es el alma)