Dame tus días,
niña buena y bondadosa,
dame tus noches,
niña pícara y hermosa.
Dame la oportunidad
de quedarme una eternidad a tu lado,
dámela y verás que puedo ser yo
ese con quien has estado soñando.
Dame el privilegio
de dormir entre tus brazos
y prometo ser quien cuide tu regazo.
Dame uno de esos besos de amor,
de esos que inspiran mi poesía,
de esos que desatan la pasión,
de esos que si no los tuviera
no se lo qué haría.
Dame tu vida, vida mía,
que yo te daré mi muerte,
dame más de todo lo que ya me has dado,
sea realidad o sea inventado
dame todo lo que quieras darme
y sigue siendo de mi felicidad el significado.
Dame permiso de ir un rato al cielo
a platicar con Dios
y agradecerle por haberme cambiado
una costilla de mi lado izquierdo
por un sueño realizado...
JCEM