Sin nada que hacer,
solo frente a esta ventana,
viendo como el humo escapa por mi boca,
mi cerebro trabajando ignorando el horario,
el cielo sin estrellas,
descubro que el mejor cigarro es el encendido de las cenizas, solo,
escuchando los perros de la noche,
Intento encontrar la luna inútilmente, incompleto,
esperando que la ebriedad llegue milagrosamente,
me apago, resurjo, trato de comprender cosas incomprensibles,
solo, respirando el ultimo aliento, creando vida de los cadáveres,
medio muerto; con la esperanza de saborearte si insisto lamiendo mis labios...