En mis lóbregas tardes de hastío,
en que el otoño con su manto me cobija,
pierdo la idea al escribir, que es prolija,
contagiando esa tristeza al pecho mío.
Sentado en cómoda posición... estoy ausente,
y mis ojos, concentrados en singular belleza,
ven que caen las hojas del naranjo mansamente
como mariposas, volando con destreza.
Las horas pasan con acre y desconcertante lentitud,
el sol, aún brillante, se pierde en lontananza
trás la montaña...¡serranía en plenitud,!
no sin dejar de su calor, a las plantas su bonanza.
Viene cabalgando la noche con sus enaguas levantadas,
flanqueada sutilmente por luceros y estrellas,
desde mi atalaya observo las bandadas,
de golondrinas y gaviotas a descansar todas ellas.
Mi pluma, -tamborilando sobre mis dedos- espera,
profanar lo blanco de mi rectangular papel en pieza,
pero la oscuridad llegó, todo es negro afuera,
mis musas andan vagando...¡yo lo tomo con entereza!.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN.MEXICO, Nov. 7/12