Cierto día mirando una vidriera
aislando mi interés de mil versiones
cual recluta de nuevas dimensiones
escuché lo que mi alma me dijera.
Eran voces profundas y certeras
desmembrando frugales pretensiones
que en precisa incisión de distracciones
disecciona verdades de quimeras.
Simbiótico conjunto de intensiones
a merced de afilado bisturí
que escrutando en razón y frenesí
asimila un millar de vibraciones.
La hipnótica y huraña condición
los reflejos sentidos adormila.
Distendida por laxa retahíla
una voz conmina a introspección.
Cuando el alma infestada en vocación
sentimientos y acciones examina,
renovada en esfuerzos disemina
suaves ecos llamando la atención.
Hurga el Ser sus sentires más profundos
acopiando en sus sueños sus anhelos,
acuñando motivos en desvelos,
soporta los secretos más rotundos.
Diestramente en firmeza habilidosa
va extirpando deseos tumorales…
Enquistados por logros materiales
que opacan su esencia bondadosa…
Oprobioso delirio de grandeza
de afanoso anhelar desmesurado
encapsulando el éxito añorado
al plano vulgar de la riqueza…
Carcinoma brutal de los sentidos
necrosando del Ser su gentileza
e ignorando real naturaleza
amasa placeres en olvidos…
Obnubila severa la vidriera
los sentires se estrujan contraídos,
vergüenzas pululan los oídos
suturando ambición perecedera.