Cómo olvido el cristal de los crisoles
que guardaban el néctar de tu amor,
entregado a mis brazos con furor
entre noche de luna y los faroles.
Tu voz...solo palabras fueron soles
que tibiaron mi cuerpo con ardor,
y tus besos labraron mi temblor
aún entre tus brazos sin controles.
Solo tuya en la gloria de la noche
en la afonía cómplice del viento,
hoy espero el regreso de tu aliento.
Negármele a la luna que trasnoche
renegar de tan bello juramento,
es morir abrazada al sentimiento.
Gisela Villarroel (gisell_v)