Matarte por infiel.
Eso es lo que tendría que hacer.
Nunca maté a nadie.
Solo a insectos rastreros.
Pero después de haberte encontrado
con tu amante en nuestro propio lecho,
sentí deseos de matarte, o de matarlos.
No sabes todo lo que he padecido estos días.
Lo recuerdo, como si estuviese ocurriendo ahora.
Llegaba cansado de trabajar,
de romperme el lomo para poder
satisfacer todos tus caprichos.
Y así es como me has pagado...
Al entrar en nuestra habitación,
y encontrarte con ese, tu amigo amante,
un desconocido para mí, y que también lo era para ti.
Lo encontraste en la calle, me dijiste,
como la más baja prostituta, sin serlo.
¿qué fue lo que te sucedió?
Nunca te ha faltado lo que él te estaba dando.
Solo placer. El que durante todos
estos años te he dado, aparte de mi amor.
No llegaré a comprenderlo nunca.
Y te aseguro que esa noche no te liquidé,
porque no tenía arma para hacerlo.
Te hubieses merecido un par de balas.
O que te clavase un puñal en el corazón.
Nos trompeamos con tu amante.
Salimos ambos desfigurados,
con la suerte que ninguno mató al otro. Se vistió
y salió huyendo de casa como
si fuese un delincuente. Lo fue.
Un delincuente porque me robó
una noche de sexo con mi esposa.
Mi devota y amante esposa.
La madre de mis hijos.
Ni siquiera pensaste en ellos.
Ya están grandes y con su familia
cada uno de ellos.
Tuvieron la suerte de no presenciar
el escándalo que desató su madre.
Por haberle sido infiel a su esposo,
yo, que te he amado hasta la locura.
No justifico nada de lo que me dijiste.
Que esa noche te encontrabas sola.
Y pensar que esa noche llegué
más temprano, con la idea de
darme un baño, y después amarte...
Y tú estabas gozando con otro.
Nunca conmigo te faltó sexo.
Tuviste un momento de locura
al hacer lo que hiciste,
o de calentura...
Has estado en un momento realmente
de locura, por un trozo de carne humana,
que conmigo no te faltaba.
No estoy seguro de perdonarte.
Me has destrozado mis sentimientos.
Ya no confío en ti.
Solo puedo decirte que en ese momento,
tenía deseos de matarte...
Me hubiese convertido en asesino,
por tu infidelidad...
Estas son las tragedias que a diario
ocurren, porque uno de los dos
mete los cuernos al otro.
Nunca lo he hecho, siempre te he sido fiel.
De qué me ha valido,
si lo has sido tú.
No me lo merecía...
Aparte de eso, nunca he sentido la necesidad
de hacerlo con otra,
porque en la cama ambos teníamos lo que necesitábamos...
Pero parece que a ti no te ha alcanzado
con uno, necesitaste dos...
Ya lo has tenido, pero creo que
a mí me has perdido...
No puedo aceptar esta realidad...
Lo triste, lo lamentable para mí,
es que te sigo amando...
¡sigo amando a mi infiel esposa!...
No has tenido piedad en mis sentimientos...
y no puedo creer que aún conserve en mi corazón
amor por ti...
después de lo que has hecho...
Tengo pensado hacer los trámites de divorcio...
Los muchachos en el trabajo me cargan...
\"Buen día, señor cornudo\", me dicen...
Pero esos son los mal nacidos...
tengo amigos que realmente se solidarizan,
y me aconsejan... pero siempre a favor tuyo...
que te perdone, me dicen...
Perdonarte... perdonarte...
No se... aún no lo he decidido...
aunque te siga amando...
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 08/11/2012)