En los pretéritos ritmos de mis cavas
te fugaste con tu fuerza, luz y malva
mis mañanas de escarchas se anegaron
arrebatándole en mil trizas los veranos.
Idiosincrásica aura levita en tus halos
irradiando solaz, derramando agasajos
tu andar, aroma, voz... y tus latidos
que embelesan a amigos y enemigos.
Nunca pude competir con lo excelso
de esos versos en poemas inconexos
cebra ya con tantas rayas desnutridas
que hasta en circo se avergüenza de sus líneas.
Qué decir de mi atavío, pobre ilusa
en comedia, una farándula confusa
los cabellos despeinados, aún sin viento
y el ajuar que no comprende de momentos.
Rara soy, no me sorprende tu partida
aceite y agua jamás en cazos mezclarían
corre y busca el paraíso más preciado
¡que para ti ése será hoy mi regalo!
Copyright©2012 Rocío Vega-Ponce