Esta noche somos agua y viento
meciéndonos en el jardín de los deseos.
quedando en las sombras
las siluetas de dos cuerpos.
La caricia llegó primero.
Mi cuerpo ceñido a mi vestido,
me trajiste hasta tu pecho.
Me acercaste a tu alma,
para hacerme tuya.
Resbaló una lágrima;
Que se hizo caricia.
-Los dos queríamos estar así-
Lo deseamos por tanto tiempo...
Recargados los cuerpos,
fue la dicha y el placer deseado.
El viento nos envolvió;
Y allí… quedamos tendidos
en la arena del amor.
Arrullados por las olas
de un mar callado;
donde solo dos cuerpos
dibujaba la luna.
Y el viento celoso,
soltó un suspiro…
Y el sol nos acarició el rostro;
Y despertamos en la arena del amor...
Cómo siempre lo habíamos soñado
Una noche de amor…
Alicia Pérez Hernández
(No es la pluma la que escribe es el alma)