Invadiste cierta noche la almohada de mis sueños,
y me pediste de arrebato que escribiese un par de versos,
ocultaste de mi tu rostro y no cuerpo tan pequeño,
te cargaba entre mis brazos y te daba muchos besos.
Jugabas tu conmigo al quererte observar
un bandido vivaracho con el arte de engañar
¿cómo quieres que te escriba si no te puedo conocer?
Solamente tus manitos me podría imaginar
acariciando mis mejillas y tu queriéndome besar.
En mis sueños puedo verte corriendo tras de mi,
o a veces dando gritos pidiendo ya tu biberón,
colgado de tu madre queriéndote bañar,
pude ver también tus dientecitos que empiezan a nacer
y escuchar tu vocecita llamando a tu Mamá.
Eres todo un angelito a la hora de dormir,
con un dedo en tu boquita empezaste a sonreír
hasta pronto mi Pablito ya me voy a despertar
a escribir versos de cuna, queriendo ser Papá.