1
A mí te me acercas, cual la nieve al río...
Buscándome soy tuyo; mas mi suerte
enclaustrada en tu cárcel es. Tenerte
es vivir sometido a tu albedrío...
Buscándome soy, yéndose el desvío
a un mar trnquilo donde se me vierte
el deseo . El cmino es la muerte:
vida resucitada al dolor mío.
De ti escapo -del mar huyen las olas-,
anhelando escaparme de tortura,
cuando tu diente se me clava a solas.
Tan entrado en ti voy -como ese vuelo-,
que me suicido todo en tu figura.
Aun huyéndote ,mi sed es tu anhelo...
2
Se me acuesta la noche. Yo la siento.
La oigo entre sueños, mientras mi voz nombra
las estrellas. Despieto.Ella me asombra.
Se me escapa un suspiro -¿o yo lo inanto?-
Desde mi soledad viva presiento
que se desvela la luna en su alfombra
de nubes blancas. Vaga luz en sombra
cortinss descorridas por el viento...
Me olvido del Amor, se me figura
que la noche de luna con su coro
de estrellas rutilantes descienden...
Canto de salmos bajan de la Altura
a mi honda obscuridad -siendo tesoro-,
que de las soledades me defienden.
y 3
Estoy solo conmigo. Detenida
ha quedado la noche. Tanto me hiero,
que el brillo agudo de su hiriente acero
se me clava mordidamente...No es vida
este vivir viviendo con herida.
Cuando la sienta ,yo moriré -y muero-.
Se me ha cerrado el YO, que es lo primero.
Ya la hora a punto está, ya desvivida.
La mano no alarguéis a mi amargura.
Yo me estoy defendiendo desvelado,
capaz de arder con llanto soy la ocsura
calle de mi nostalgia. El verter llanto
ascenderá a otro vuelo iluminnado,
donde será mi lucha loable canto
-salvador-