Mucho ya hemos mamado de la vida
aun asi solemos ser mimados por el sol
angustiar y portar mal bajo la luna
de una herencia que solo conoce ida.
Estaba manejando a la deriva
luciérnaga alumbra mi senda
oídos y ojos buscando a la diestra
lo que manos y pies inclinan a la siniestra.
Un talco liso y suave
esa eran tus lágrimas de alquitrán
salían cual abejas en enjambres
que solo la luna y el descanso bailaban
al todo o nada morían
último, total
para cuando la vida
si hoy el néctar no aflora
que el panteón se encargue de la maceta.
Hoy he vivido como ayer nunca
saliendo de la magia, brilla la nuca
perezoso al fastidio
cual baluarte al presidio
sin antes no
un beso robarte
y un verso arrancarte.