Víctor Callirgos

Déjame Entonces

Puedo amarte amada en esta playa

olorosa y distante de la ciudad;

amarte bajo la sombra de las estrellas

y estrecharte en mis brazos dulcemente,

cerrando los ojos, mucho más.

 

Puedo sentirte y callar silenciosamente

y así, decirte que te amo mucho más.

Peregrino de soles, de luz, de verdad,

encuentro refugio en tu pecho ardiente,

que se me antoja sacratísimo altar.

 

Ámame, ahora, mujer de mis sueños

y deja que suelte mis ansias de amar,

que al darte este amor ahora pequeño,

es todo lo que hoy te puedo entregar.

 

Déjame, entonces, sentirme el héroe

que lo brinda todo, que todo lo da.

Ya ves que mis ojos mueren,

que mis labios mueren y expiran mis manos.

 

Déjame, entonces, gestar al héroe,

que lo brinda todo, que todo lo da.