No quiero que olvidarte sea pesar,
Y los ciervos amantes,
Renuncien al altar
No quiero que tus palabras
Susurros cariñosos se esfumen,
En las aguas
Del mar de las pesares.
No quiero que tus promesas,
Tus sueños, tus anhelos,
Sean aves pasajeras, errantes,
Es búsqueda de nuevas corazas
Protectoras de lo efímero.
No quiero pensar en dejarte,
Más no porque te crea mía
Sino porque fui tu amante,
Aquel que seco tus lágrimas fugases,
Al sol de lo comprensible,
Y quien limpio las angustias,
De un pasado payaso, sin saberes.
No quiero perder el crepúsculo,
Al norte del sol naciente,
Porque allí encuentro tu paz,
Y mi tranquilidad indisoluble.
No quiero ser tu lista negro,
Sino que seas mi negra,
Y yo tu única lista,
No quiero que optes por lo fácil,
Sin pelear esta guerra pacifica
Y optar por la derrota
Ante un corazón razonante.
No quiero que dejes vida mía,
El amar y las maravillas,
El querer y las alegrías
No quiero que dejes un amor
No quiero perderte vida mía.