flack

Poema sensual

Pues esta noche atestigua

a dos amantes, cuyo ser funden

en un aletargado tiempo de deseo.

Aquellas manos, que recorren como

un similar desierto, las vastas dunas

de pieles del sudor cual rocío,

que profanan con anhelo y pudor,

piezas son de cuerpos de pasión desatados.

Aquella oscuridad muda, presa del silencio,

debate su existir entre ardientes bocas

del gemir continuas, cuyos efluvios

humedecen hasta la razón misma.

De besos tan quemantes, que no parecen

labios, sino llamas encendidas al alma;

y bajo tales pómulos cerrados, está el

soñar más real entre llanuras y

montañas de fragante piel, donde dos

mundos se unen en el puente

de la satisfacción, bajo un hechizo

eterno llamado: amor.