Hugo Emilio Ocanto

La amistad, cuando se brinda con el alma, es maravillosa

Vieja, salgo, quédate tranquila,

volveré lo antes posible.

Descansa, te hace falta,

has trabajado mucho hoy. Cuídate.

.................

¿Y ahora qué hago,

dónde iré? 

Hace un par de horas

que estoy caminando,

sin saber dónde ir,

dónde dirigirme, dónde llegar...

Qué triste es llegar

a esta edad... y no tener

lo que corresponde.

Bienestar, buen vivir...

Solo pobreza, con esta jubilación

que apenas nos alcanza

para comer...

Con los excesivos impuestos,

y el alquiler de la casita,

nos quedan solo unos pesitos

para poder subsistir.

Ya se. Iré a la casa de mi hijo.

Tendré que rebajarme

a pedirle unos pesos.

Pero no me animo hacerlo.

Mi esposa podría 

llegar a enojarse,

y no quisiera que eso suceda.

Entonces,¿qué hacer,

dónde voy?...

Y si fuese a lo de

mi amigo César...

él está en buena posición económica.

Sí, no se me ocurrió antes.

Voy para allá...

............

Hola César... tanto tiempo sin vernos...

¿cómo estás?... me alegro mucho.

Sí, gracias, permiso.

Bueno, te agradeceré

un vaso de agua.

No, no me van tan bien

las cosas César.

Mi motivo de visitarte

es para solicitarte

si puedes facilitarme unos pesos.

Te los devolvería a fin de mes.

No pienses que solo

he venido a manguearte.

Siempre te recordamos.

Pasa que a veces uno

no quiere incomodar a los amigos.

Espero no incomodarte

con mi pedido.

¿Cuánto necesito?, lo

que puedas prestarme.

Mi esposa tiene desde

hace un par de meses

una infección en la pierna,

y por ese motivo tenemos

en casa una chica que

la ayuda en los quehaceres...

Préstame lo que tú dispongas.

Estoy tratando de que

me llamen de una empresa

para hacer de sereno nocturno,

pero hasta ahora

no me han llamado.

¿Quinientos pesos?, oh, sí,

te lo agradezco César.

A fin de mes sin falta

te los devuelvo.

¿Cómo que no es necesario?

Vine a pedírtelos prestados,

no para que me los regales, ¿en homenaje a nuestra amistad? Gracias César.

Tu actitud no la he de olvidar.

Gracias amigo.

Cuando necesites te corte

el césped del jardín, avísame.

¿Quieres combinemos venga

en estos días para hacerlo?

¿Qué me quieres decir, que me estás

ofreciendo ser tu jardinero oficial?

César, amigo, gracias.

El lunes sin falta comienzo.

Una vez por semana.

De acuerdo. Gracias,

gracias de todo corazón, hermano.

............

Paula, querida, tengo

una buena noticia.

Fui a visitar a César,

me regaló quinientos pesos,

y me ha tomado como su jardinero.

Tendré que ir una vez a la semana.

¿Estás mejor querida?, qué suerte,

Dios me ha  acompañado vieja.

Para bien de los dos.

La amistad, cuando se brinda

con el alma, es maravillosa.


Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 10/11/2012)