Hoy mis sensaciones son tristes
Viendo la lluvia caer a través del cristal,
y dentro de la ternura que va hacia la vejez
El dolor de costado sigue en alza…
Por el accidente con mi bicicleta
Me siento atrapado, en mi casa
Por el dolor maldito de costillas
Y la lluvia que entristece mi templanza…
Tan fácil que es dejar que pase el tiempo
Y yo me empeño en amargar mi verso,
como un drama que vive dentro de mi cuerpo
Y se adentra en luchas sin consenso…
Yo me siento cada vez más añejo,
Con migo mismo y con mi tiempo,
Pero no encuentro ni el buen consejo,
Para caminar feliz por mi pueblo…
Y distraerme en el hogar del pensionista,
Con mis vecinos y mis bueno paisanos,
Quiero y busco la soledad en mi camisa
Y donde escribir mi verdad, entre mis versos…
No tengo nada que hacer y vivo en libertad
Estoy con mi jubilación, alejado del trabajo
hasta que muera y mi alma valla al más allá
ya no abra vida y todo será un oscuro atajo…
Para toda la eternidad y seremos polvo,
En un mundo invisible y silencioso,
Lleno de una oscuridad sin escrúpulo
Y los avatares de la vida serán olvidó…
Ya no hay marcha atrás, después de morir,
Nadie jamás ha vuelto vivo de un cementerio
Si a podido quizás despertar y sufrir,
Viendo se encerrado sin salida, en su destierro…
Por errores médicos, o por la naturaleza del cuerpo,
Pero cuando el párroco nos bendice el ataúd,
Ya no volveremos a ser seres vivos, seremos silencio
llenos de misterios, así es la muerte, ya no hay salud…
Estoy mirando al mismo tiempo que escribo,
la lluvia caer a través del cristal de mi balcón,
Sentado en el sofá y sintiéndome sumiso,
Ya que salir con este tiempo sería un error…
Voy página a página escribiendo la búsqueda
Del verso divino y no encuentro su palabra,
Para pintar con letras el cuadro de mi sombra,
Soy un pasajero bohemio, del tiempo y mi obra.
Modesto Ruiz Martínez/miércoles, 07 de noviembre de 2012 enviado desde mi iPad