Mujer, cual grandeza se levanta al alba
Miro el horizonte, veo tu alma empañada
De cálidos amaneceres y un manto blanco
Nieve que cubre la montaña,
Ante tu inmenso amor.
Miro al interior de nuestras vidas y veo un verano en nuestras almas.
Surgieron atardeceres de suave brisa
En tu rostro y cada gota de lluvia,
Que se humedeció en tus cálidos labios,
Cada gota de ternura cayó a tus pies...apagando con su frescura el calor de tu cuerpo.
Miro nuevamente a nuestro interior
Y veo más verano en nuestras almas
Llegó por fin un día, el viento frío,
Los arroyos secos y tu mirada
Buscaba el nuevo amanecer,
Más tu alma quería la tranquilidad
Del cielo.
Cuando terminada la noche
Y quedaba todo en calma,
Apagas tus ojos, yo enciendo tu alma;
De pronto aparece la primavera,
Volvieron las mariposas y flores
Al jardín… el invierno de nuestras vidas se va y vuelve la primavera en nuestras almas.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz