Francisca Valdes

Vesania Nocturna

Límpiate la boca antes de hablar de mi, puta.

¿Es que acaso no sabes quién soy?

-dijo el rey de los ciegos, sordos y mudos-

 

Extrañeza, odio, desapego, dolor

No sentir ni vestigios de amor

No sentir nada como algo

No sentir bondad ni belleza

No sentir sentimientos sentimentales

Comprender que la noche se va,

Va a bailar por ahí con el aire invernal que ya se escapa,

/Entre los cuerpos que reposan en una cama juntos

Para darse el calor que siempre falta/

    Que se bañan en el río

De Francia

Que es imaginado por mí ahora y se besan,

Se besan como si tuvieran nuestros labios

¿Qué labios?

¡Qué labios podrían necesitar,

Están más allá del cuerpo y todo esto,

Todo lo vacío

Todo lo que empieza y termina!

Están lejos de haber sido la enredadera que somos

/Mientras todo se pudre nos tostamos al sol/

Enredadera fuimos,

Enredadera somos,

Enredadera seremos,

Cual lagartija verde y amarillenta que se escapa cuando peligra su cola

¿O su vida?

/¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?

¿El pene o la vagina?/

Oh, maravillas del mundo he visto demasiadas

Solo con salir a la esquina de mí casa

¿Cómo será recorrer el mundo entonces, me-pregunto-señor-sabelotodo?

Divagar, dibagar, divawar

¡Qué belleza de palabra no le parece señor

/Maldito bastardo/

Iluminado!

Calla y píntate los labios rojos,

Puta.

Muéstrame tu cuerpo y tírate a la cama.

No, no, antes bailemos un vals y dime que eres la mujer que abandoné,

Si, mi mujer sin nombre,

Si, la que maté,

La que maté sin conocer

-reconocer-morder-palpar-beber-

No, no quiero escuchar reproches de una puta

¡Silencio he dicho!

Solo dime que puedo amarrarte a mi alma,

-decía el rey de los ciegos, sordos y mudos mientras sollozaba-

Galoparte hasta desfallecer mientras entro

Y salgo de tu cuerpo

Como si el tiempo volara entre tus pechos y mi cuello,

Mujer.

 

Yo siempre recuerdo cada plaza caminada,

Llenas de pasto las pantis y el jumper

Llena de sonrisas la cara de niña

Llena de historias la cabeza

Lleno de sensaciones el cuerpo.

Nos llenábamos de besos y abrazos clandestinos

El cuerpo, el espacio y los versos,

Florecíamos entre tanto amor y tan poco tiempo

¿Qué tiempo?

¡Qué importaba el tiempo cuando las manos se encontraban

Y los ojos se revolcaban entre árboles imaginarios de bosques imaginarios!

/Primero felicidad

Segundo rompecabezas

Tercero pesar/

Tanto idilio quedó estrujado como latas en el basurero

De aquí cerca.

Qué lindo que es el amor cuando es solo el comienzo

Con los años te desangra,

Hiere el alma

La unta en veneno,

El corazón se me agita y se vuelve hielo.

Me como las sobras y en el desvelo escribo cartas a mi madre

A mis hijos

A mi amor.

A mi soledad le canto el llanto que me aflige

Y muero, muero, muero hasta tragarme la vida

Hasta atrapar el cielo entre los labios.

/Las cosas nunca serán como a los seis,

Ya nadie volverá a cantarme,

Nadie ira a comprar el pan con tantas ganas,

Ni yo volveré a jugar en el patio de mi abuela

Cada tarde con mis tantos amigos inventados/

El amor es frío

Como la estaca que me atraviesa

En este,

Mi último segundo

De agonía.

No, no te me mueras ahora,

No te vayas también,

Eres lo único que me queda

Lo único que no tuve pero quiso ser mío.

Prometo no venir nunca más

Pero no te quedes

Dormida entre mis brazos.

¿Cómo sabré quien eres si no quise saber tu nombre?

¿Cómo decirle a todos que no fui yo quien te mató,

Sino tú quien llamó a gritos la muerte?

-dijo el rey de los ciegos, sordos y mudos

Con la muchacha entre sus dedos-

 

/¡Cómo gritar al viento que las cartas se oxidaron y

Que suele ser tan fácil repetir las mismas palabras,

Los mismos gestos

A cualquier clavo que quiera sacar al que está tan enterrado!

Todo tan ingrato,

Todo tan hermosamente vehemente./