Ahora que ya no estás puedo sentirme libre
como un ave que duerme
sobre una rama rota
pero no quiero hablar -nada que enturbie-
aquellos singulares momentos de los besos
caricias
en la oscura habitación sin tiempo
¿después de todo, qué fuimos?
Tú que siempre dudabas de estar en un infierno
y yo que compartí
las llamas de ese fuego
diez años fueron en que busqué tus besos
tus fúnebres caricias
por arrancarme opreso
el ansia que en mi pecho se fue muriendo lento.
Ya nada tengo ahora desde que te me fuiste
desmanes y locuras irrumpen mi existir
no maldigo el entonces ni el ahora
pero si tu recuerdo
que mina mi vivir
no sé si fue un favor o fue castigo
del Todopoderoso dejarme así en mi vía
morir en soledad
por eso las veredas -senderos- -atajos-
están entre los bares
las putas
y el alcohol
no justifico el medio pero si los pesares
y a Dios sólo le imploro
¡Mitigue mi dolor!