Se me prendió la ilusión cuando te vi,
Mil anhelos me nacieron al tono de tu voz,
Vacilaste, te parecía insólita la proposición,
Más en ti, presentías que era el tiempo de vivir
Lo que siempre la vida te negó.
El oráculo quizá se confirmaba,
La profunda emoción de que así fuera
Motivó el nacimiento de esperanzas nuevas,
Y mataste las tristezas consignadas
Y pusiste en amar todas tus fuerzas.
El otoño se pintó de primavera,
Un jardín floreció con nuestro aroma,
Se llenó de tus besos mi redoma,
Deposité en tu piel caricias nuevas
Y bebimos de amor gigante copa.
Hoy tu mano en mi mano va confiada
Celebrando que el sino bendijera
Nuestros pasos que perdidos estuvieran,
Y una dicha que creías extraviada
Permitió que en nuestras almas se prendiera.
Hoy me aparco feliz en tu sendero,
A la par de tu paso voy travieso,
La luna es el banco de mis besos,
Mis versos, diáfanos, sinceros descendiendo
Pintándote de amor todo tu cuerpo.
Bendito, inolvidable aquel encuentro
En una noche de luna y su lucero,
Me llenaste el corazón de amor sincero,
Deja que el viento te lo lleve sempiterno
Lleva envueltos para ti… besos de fuego.