La calma habita en mis adentros
Hoy no soy el mismo de ayer,
Ha cambiado mi senda de deseos,
Durmiendo doce horas todo mi ser…
Y no recuerdo que jamás haya dormido
Tantas horas yo, jamás en mi cama
Y el porqué escribo este sentido,
Es porque es nueva en mi, esta cima
De sueños y sensaciones dormidas,
Mientras el mundo amanecía
Yo, vivía de las montañas en sus cimas
Poseído entre sueños de infancia…
Al despertar se apagó mi soñar
Y caminaba por caminos de juventud.
Distraído mi cerebro en su ansiedad,
Libre de los quehaceres de mi salud…
Gracias por dejarme dormir tantas horas
Dios de los sueños bien dormidos,
Esperó que regales más noches liberadoras
Cuando duerman mis dominios...
Ahora siento mucha ansiedad,
En mis ganas del hambre y su comer
Compro sensatez en mi actividad,
Para César las sensaciones de mi ser.
Modesto Ruiz Martínez/jueves, 10 de noviembre de 2012
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