Sueños dormidos, quietos
Bajo la sombra de un ángel
destrozado por el tiempo,
el frío de un lugar
con cuerpos
vencidos
por diferentes caminos
llegan aquí
hojas que se abrazan del aire
congela la sangre
perros tristes, fieles
que con su lengua tibia
acarician la lapida fría
con fecha
que limita una vida
voces, quejidos y lágrimas
con profundo dolor
flores, tumbas
y letras acarician el alma
de la grandeza del que se fue.