… Aquellas mañanas en que mi madre me peinaba con coletas para ir a la escuela,
… y las tardes de lluvia junto a la ventana, calándome de sentimientos,
… el olor, con las luces del alba, a pan recién hecho,
… el jugueteo de las golondrinas a ras del suelo en los atardeceres veraniegos,
… y los viajes en tren hacia un amor inconcluso,
… mmm… aquellas ostras gratinadas en L’Olivier.
… ¡Ah, y la tele de la cocina cuando plancho!
… Tumbarme en la arena hasta tener de color canela la piel,
… y a mis hijos, vida de mi vida, cuando no estoy con ellos.
… Los desayunos con parpantas calentitas en el patio de casa, bajo la parra.
Y… el abrazarnos, rodeados de nieve, en nuestras escapadas.
Y ... ¿sabes que deseo?
¡Volverme a ilusionar con un nuevo amor leal y sincero!