Quiero escuchar la dulce melodía
de un minuto de silencio
y dejar de pensar en el mundo,
viajar al infinito volando en mis sueños
y regresar hasta el principio de la eternidad
no escuchar a nadie diciendo mentiras
ni ver a los hombres maltratando mujeres.
En un minuto de silencio quiero
volver a reír con los niños de mi barrio
y jugar el mismo juego todas las semanas
regresar a casa cansado y con sed
con sed de escuchar los consejos de mis padres.
Si en un minuto de silencio pudiera
devolver la inocencia a las niñas de mi pueblo
y cavar una tumba para enterrar las armas
armas destructoras de hogares, de familias, de corazones puros que ahora solo quieren matar,
silenciaría una hora completa de mi vida
con tal de encontrar la felicidad en este mundo
y devolverle la paz a mi corazón.