Emilio Medina

A La Mancha.

Escuchando aquel silencio de la muda noche,

que al gustar los aromas de las flores dormidas,

se reparten sus dones por mis tierras queridas,

 derramando fluidos de vida con gran derroche.

 

Soñando van con un dulce poema amoroso

aquellas aves que estan  pregonando la vida;

suspiros hondos que son como doliente herida,

que van preñando a los  campos, con su canto hermoso.

 

Los cambiantes colores de aquella tierra mía,

al miralos se gozan con sentir religioso,

y el pligue del alma manchega, vierte poesia .

 

Despertares tan bellos que el mirar es gozoso,

 cuando en aquel silencio te va llegando el día...

mirando las amapolas...,  te sientes dichoso.

Emilio. 8 Abril 2012