benchy43

LE HABLA A SU INSPIRACIÓN ADORMECIDA.

De tanto en tanto

los poetas sufrimos

pequeñas muertes.

 


Un ruiseñor de noviembre

se espanta ante el silencio.


No hay voz,  ni quebrado trino

y  cuelgan de las ramas los poemas

sin tocar la  tierra, sin nacer,

vestidos de rocíos matinales.


No toman vuelo las palabras

desde el mutis de labios apretados

y  en la nubosidad de las pupilas

aguardan el azul en cielo gris

las pálidas metáforas.


¿Dónde están la primavera de los destellos hirientes,

las palomas con su ruidoso aletear,

las brisas que robaban aromas de jardines?


Se han callado  a lo lejos las campanas

tras un lejano coro de violines

y jadeantes caravanas de recuerdos

cruzan páginas desérticas.


Pero están, todo está, es, se siente,

están los pájaros, las flores, los versos,

están la luna y las estrellas,

el sol y la campiña,

el arroyo, la cascada,

la vega, la montaña,

el mar, la playa y los veleros,

Bach, Mozart y Beethoven.


Solamente tú que te has dormido

te empeñas en no verles.


Mientras duermes, oh inspiración,

hay mariposas que revuelan los rosales,

picardías de niños en la calle,

perfume de mujer besando el aire

y está su bosque de duendes  somnolientos.


Mientras duermes, la vida se resume

en el tibio nacer de un nuevo día,

en el silbar cadencioso del obrero,

en la ternura de una madre

y su canción de cuna .


Mientras duermes,  alguien espera

que endulces sus mañanas, sus días,

su joven transitar, los sueños de su alcoba,

¿Acaso no te basta con su dulce sonrisa

y el eco de su nombre en los rincones?


¡Despierta, inspiración, que afuera hay vida

y  la vida ya no es vida sin poesía!

 

(Los gorriones nos  dejan un jolgorio

a cambio de las migas de un poema/desayuno)

 



Derechos reservados por Ruben Maldonado.




Ilustración: Arroyo Ruca Malén, cercanías de Villa La Angostura, Neuquén, Patagonia Argentina (Fotografía de Rafael A. Maldonado)