Una sonrisa al viento,
pleno de alegría;
que aflore por mis ojos
toda…, todita el alma mía,
ahora cuando siento
que me cura la vida
el sentir tus labios rojos
besando estas heridas,
hechas por una ingrata
a quien regalé mis días.
Tú, que eres mil veces
más hermosa que aquella
y aventajas con creces
a la galaxia más bella;
que inspiras a los poetas
y por ti sus versos suspiran;
qué cuentan ha habido uno
cuyos versos escaparon
y para rendirte honor
un nuevo cielo fundaron.
Te has fijado en mí,
de lejos el más pequeño,
qué soñaba te poseía
haciéndome tu dueño
y tu nombre descubrí
cómo una luz en mi corazón;
cómo un rayo que a la razón
inflama tu grande fama,
saber que así te llaman
y que todos te aman, ¡Poesía!